Este laboratorio de creación se enmarcó dentro de una residencia nacional donde se extendió una invitación al artista multimedia Jorge Olave Riveros. Oriundo de Carahue, En su período de residencia, Olave desarrolló una serie de cruces de tecnologías y saberes con el ejercicio del grabado. De esta manera fueron apareciendo piezas híbridas donde el sonido de la ciudad producía el grabado al aguafuerte sobre una lancha de metal. Una de las piezas claves de este proceso fue registrar el sonido de las palomas de la plaza victoria alimentándose sobre una plancha de metal la cual fue grabada literalmente por las palomas. Una forma extravagante de registro territorial y una expansión notable de los límites de la disciplina del grabado.

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